Cronicas de Erenthal

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    Everon Harrison

    Mardrom
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    Everon Harrison Empty Everon Harrison

    Mensaje por Mardrom Mar Oct 11, 2016 11:53 pm

    Everon Harrison fue un noble caballero que luchó en defensa de los inocentes, los pobres y los afligidos. Durante años, trabajó diligentemente en la periferia de Azeroth, aliviando a las víctimas y castigando a los malhechores.

    En el verano en el que cumplió dieciocho años, contrajo matrimonio con una joven llamada Lys. Estaban muy enamorados y tuvieron dos hermosas hijas de cabellos dorados.

    Everon tenía treinta y dos años cuando estalló la guerra en Lordaeron. El fue reclutado por el legendario Uther Lightbringer para combatir contra los orcos y los no-muertos. Tras dejar a su mujer y a sus hijas a salvo en su hogar, Everon partió hacia la guerra.

    Pasaron los años y la guerra se prolongó; Everon presenció espantosas escenas, incluyendo la desbandada de los paladines de la Mano de Plata, la muerte de Uther y la propagación de la peste. Lo único que lo mantenía a salvo de la locura era la certeza de que algún día se reuniría con su amada mujer y sus pequeñas hijas, quienes seguramente ya no serían tan pequeñas.

    Un dia, despues de varios años Everon regresó finalmente a su hogar, a la hermosa Villa Darrow pero lo que encontró nada tenía que ver con lo que recordaba. El bosque, antes verdeante, ahora estaba contaminado, infestado de no-muertos y otras fuerzas oscuras. Por doquier había casas y granjas destruidas, y el Cementerio del Andorhal cubría gran parte del territorio. Everon, indignado y perplejo, llegó hasta su pequeña casa, encontrándola en ruinas pero ignorando lo que le había ocurrido a su tierra, se dirigió al pueblo para encontrar respuesta, deseoso de hallar a su mujer y a sus hijas.

    Allí Everon preguntó por su familia, pero no recibió respuesta alguna. Un sacerdote de Andorhal, le sugirió que buscara una lápida en el Cementerio pero Everon se negó a aceptar que su familia había muerto y continuó buscando en vano por todas las granjas y casas del bosque.

    Así, cabalgó desde La mano de Tyr hasta las afueras de Andorhal una y otra ves, deseando que su familia hubiera podido escapar. En el camino, obviando el sentido común, decidió parar en el cementerio y alli Everon paseó durante horas entre las lápidas. Reconoció los nombres de muchas personas que había conocido y cada vez estaba más consternado por el dolor. Entonces los vio: una descuidada parcela en medio de tantas otras, con dos pequeñas lápidas. A medida que se acercaba, una ola de pánico se apoderaba de él. Everon quitó el polvo de la lápida más grande para leer el nombre grabado en su superficie. Las letras sobre la tumba constataron el temido presagio:

    Lys Harrison
    Amada esposa y madre
    Que en Paz Descanse

    El temor de Everon se transformó en consternación y luego en dolor, postrándolo de rodillas mientras vertía lágrimas amargas. Permaneció durante horas frente a la tumba, suplicando perdón a la fría piedra y disculpándose entre sollozos. Luego, horas más tarde, algo se resquebrajó en su interior y la emprendió a golpes contra todo lo que lo rodeaba. Desenfundó la espada y empezó a golpear las lápidas una y otra vez, gritando de rabia. Ciego de ira, intentaba golpear algo y arremetía contra todo, llamando la atención de tres guardas del cementerio. Cuando intentaron detenerlo, se abalanzó sobre ellos, acusando a los pobres guardas inocentes, y luego les dio muerte.

    Más tarde, cuando la ira se había disipado, Everon tomó conciencia de lo ocurrido y vio su espada ensangrentada, clavada en el pecho de uno de los guardas. Al borde del límite, extrajo el puñal de su cinturón y lo hundió en su propio pecho.

    El cuerpo de Everon Harrison y los de sus víctimas fueron hallados al día siguiente. Fue enterrado rápidamente, sin ceremonia, en una tumba excavada en las afueras del cementerio. Puesto que había cometido asesinato contra personas inocentes, algo que iba totalmente en contra de sus creencias y su naturaleza, y por el dolor que sentía por haber sido incapaz de salvar a su familia, Sin embargo, hay quienes aún afirman que por las noches se puede ver el desnutrido cuerpo de un hombre que entre sollozos vaga por las praderas solitarias de Lordaeron y yo, yo no descansare hasta encontrarlo.


    Eloysa Harrison.

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